Tus manos, dos flores que se abren
Son pétalos sin punta que rozan la
belleza.
Flores alegres que como dos orquídeas
blancas
Muestran su soltura en movimientos
gráciles.
Abanicando la noche, forjando las
labores del día
Tus manos hábiles son dos lianas
acariciándome.
La noche que me acariciaste se lleno de
luces,
La suavidad de tus pétalos arrullaba mi
frente.
Tus dedos se expandían sobre mis sienes
Amplias, amplias corolas.
Tus manos, dos flores trabajadoras,
forjándome
En medio de los jardines veraniegos de
tu piel.
19 de junio, 9:14
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