Yo soy sólo un bichito
Y me pongo a reposar en tu pecho
Para dormir ahí una siesta de amor:
El sueño
Empieza a iluminarse el día
Rayos de sol como destellos
Iluminan mis patas.
Y al brillo intenso del sol
Me elevo, salto en alto vuelo
Una suave brisa primaveral
Me mece y me conduce.
Una corriente tibia me cautiva,
Es un calor humano que no había
sentido,
Mezcla del sabor de las uvas rojas
Y el olor del queso fresco
Que se mezclan con el néctar natural
De una boquita deliciosa
De labios dulces que se mueven
coquetos
Y que me embriagan de solo verlos
Quedo extasiado en la contemplación
De la belleza que se muestra ante
mis ojos
La emoción trabajosa de seguir el
movimiento
De esa boquita gustosa.
Es como seguir el palpitar de un
corazón emocionado
Que queda risueño en el
encantamiento
Que le produce tal contemplación.
Un corazón risueño que sueña con el
amor
De un corazón humano.
Un corazón que vuela como un cometa
Alrededor de la figura humana que
ama.
El reposo
De la contemplación cae al sueño,
Pasa al laberinto de las emociones
Más ardientes de su corazón cautivo
Y desciende del cielo al calor
humano.
En la paz cautivante de un pecho
Donde encuentra el calor más tierno
Aquella sensación que por primera
vez
Le ponía el alma titilante.
Mirar ese bello rostro desde abajo
Sentir su respiración calmada
Exhalaciones divinas apenas
perceptibles
Que llenaban el silencio de un aire
divino.
Mirarte más allá del silencio, desde
tu calor,
Acostado en tu pecho, prodigioso
espacio de mi amor
Sentir tu palpitar y estar ahí
Transportado en el caudal de tu
amor.
Y una sensación amable respira por
los poros de tu piel
Casi imperceptibles emociones se
escapan
Como fugaces olas de humo que me envuelven
en tu calor
En el calor de tu piel.
Me siento esclavo de tu piel
Heredero de su sombra
El que dejara latidos detrás
Como campanadas que se oyen ya
lejos.
Eternal
Aquí en este vuelo me quedo
Aquí en este costado de tu pecho
Aquí en tu ser, en tu cuerpo
Aquí me quedo.
En la primavera de tu piel
Donde vuelven a erguirse girasoles
Al efluvio del brillo de tu ser
Aquí me quedo.
Aquí donde pego el oído
Y escucho más allá de los latidos
El aleteo ligero de mil mariposas
Que vuelan en tu estomago.
Aquí en este pecho hermoso
En el lecho donde ha florecido mi
amor
Aquí me quedo.
27 de abril, 0:49
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